Mi trabajo usa la ciencia como metáfora de las emociones que nos inspira el caos en el cual vive nuestro mundo, hermoso y a la vez doloroso. Por eso intento reflejar la soledad de aquellos que son ignorados o desean aislarse por voluntad propia, pero aún quieren ser vistos (como las criaturas de un ojo de la serie A.K.A. Monster). Esa parte de nosotros es muy difícil de ver (y asumir) pero igual posee belleza y autenticidad.
Percibo la vida como un lugar para jugar, descubrir y aprender. Quizás sea mi formación periodística, que me permite explorar incluso en las situaciones más desagradables y descubrir una historia sin contar, una imagen maravillosa. Quizás por eso me siento tan atraida por las ambiguedades conceptuales, las paradojas estéticas y las ironías oscuras. La sabiduría de la calle se encuentra en su desecho y es allí, en el kitsch, donde muchas veces yo encuentro mis epifanías.
Mi estética es femenina, pero no necesariamente glamorosa. Es cruda, traviesa; como la risa sardónica de una boca con el lápiz labial corrido. A través de ese cristal exploro temas como la biología, la ciencia, la ecología y el paisaje social de los símbolos de consumo, la violencia y los prejuicios.
Las imágenes de la ciencia en mi obra de arte viene de la relación que tengo con mi propio cuerpo, sometido a las consecuencias del estrés en el pasado. Eso me hizo reflexionar sobre la relación entre las emociones, la biología humana y el medio ambiente. El arte me permitió ver mi cuerpo como un \"ser\"-con autonomía-con quien tengo que vivir. Me gusta llamar a esto como la ecología de los procesos biológicos humanos.
Busco humanizar temas tan abstractos para permitirle al público involucrarse más con su entorno y con ellos mismos, usando su imaginación. Esa es la dirección que deseo tomar: empujar los límites de la percepción de nuestro propio cuerpo y su influencia en nuestras relaciones sociales, emociones y temores.
Mi último proyecto ha sido las ilustraciones para el libro “Lauren Ipsum”, best seller en libros de computación para niños en Amazon. A medio camino entre la Alicia de Lewis y el Phantom Toollboth de Juster, Lauren nos cuentra la historia es una niña perdida en Userland que debe enfrentarse a un montón de ideas (como el momento del ataque y el diseño de algoritmos) para poder volver a casa. Para ilustrar esos conceptos usé my wildlines (dibujos de líneas sin fin que parecen mapas y están inspirados en Jorge Luis Borges) y tomé como modelos a niños y animales de todas partes del mundo.
Aunque vivo en San Francisco (California), soy de Venezuela, donde comencé a hacer arte en 1998. He exhibido en Miami (Azake Gallery/ MiArte Gallery), Los Angeles (Seyhoun Gallery), New York (Lana Santorelli Gallery) y Chile (Galería Locarno, Talca). Ahora también trabajo para realizar una exposición individual de mis “Accidental Erotica” en Minneapolis (Gallery 13). También he exhibido en varias locaciones y galerías en el área de San Francisco como Driftwood Gallery, JellyFish Gallery, Somarts Gallery, ATA’s, City Art Gallery y el MCCLA.También participo con frecuencia el el MAPP (Mission Arts & Perfoming Project), donde trabajé como co-organizadora por 2 años. He sido nominada al premio SECA (SF MOMA). De paso acabo de terminar una residencia artística de 8 semanas con ArtSpan. Vivo en Mission, el vecindario bohemio de San Francisco.